El hecho de que los padres de algunos de los angelitos en coma etílico consideren un asunto privado el que sus hijos beban en la calle dice mucho de la educación que están recibiendo. Sobre todo, porque es un ‘asunto privado’ que requiere un despliegue policial y de ambulancias. Haz lo que quieras, pero que no me entere, parecen decir. Pues con tantos ‘ojos que no quieren ver’ los macrobotellones seguirán siendo un éxito.

Al final va a resultar que los padres son los peores.